Álvaro Marchesi habla sobre las estancias formativas.
Álvaro Marchesi es una de las personas más destacadas en la educación en los últimos tiempo. Es Catedrático emérito de Psicología en la Universidad complutense de Madrid. Fue Director General y Secretario de Estado de Educación de 1986 a 1996 en España y Secretario General de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación (OEI) de 2007 a 2014. No solo ha escrito algunos de los libros de referencia para cualquier psicólogo educativo. También ha desarrollado políticas activas por la igualdad y la calidad de educación en buena parte del planeta. Es un honor para nosotros que comparta unas palabras en este blog.
Tengo muy buena relación con Juanjo Vergara y gracias a su información he podido acceder al LABoratorio de INnovación Educativa. Hay que reconocer que es una idea brillante, transformadora de la educación y del aprendizaje y que además se está llevando a la práctica. En muchas ocasiones, hay grandes ideas que se quedan en eso, en ser grandes… en el papel. En este caso, hay un proyecto renovador y unas experiencias concretas en las que se ve, se piensa y se dice.
Conocer otras situaciones sociales, otras visiones de la vida y otras culturas nos abren los ojos y nos permiten situar nuestra realidad y nuestra historia en sus justos límites. Entonces, relativizamos lo que somos y nos enfrentamos al reto de reelaborar el alcance y el sentido de nuestros proyectos y de nuestra vida.
Se aprende sobre todo en la acción, en las experiencias prácticas reflexionadas, valoradas, narradas y compartidas. No se conoce bien la realidad hasta que no se vive en ella y, yendo un poco más allá, hasta que no se intenta transformar.
El modelo que LABinE está desarrollando abren un nuevo horizonte en el campo de la formación. Los alumnos han de conocer un entorno social y cultural diferente, que contrasta con el suyo propio, lo que les obliga a mirar, a compartir, a emocionarse, a comunicarse y, quién sabe, si también a sufrir. En todo caso, a aprender de los otros y con los otros para abrirse al mundo.
De estas experiencias se regresa algo distinto porque impactan en la vida de cada uno, en gran medida por el enorme contraste experimentado, pero posiblemente también por el afecto que se ha encontrado. Las narraciones que forman parte del modelo de innovación son necesarias para poner palabras a las experiencias, a las personas encontradas y a los sentimientos vividos. Pero han de serlo también para servir de recuerdo y de compromiso futuro a los participantes, y de estimulo y de reflexión para los que como yo no las vivimos, pero sentimos la emoción y la ilusión de aquellos que las experimentaron y las compartieron.
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