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Apoyo a Labine.org a cargo de Carmen Sánchez.


Camen Sánchez tiene un currículo que vincula su vida profesional con el compromiso a la innovación educativa. Ha impartido y dirigido decenas de cursos, talleres, seminarios e iniciativas con grupos de docentes que apuestan por el cambio. Ha sido asesora externa para el Ministerio de Educación en España y decenas de equipos e iniciativas que la han llevado a comprometerse, en la actualidad, con el equipo de asesores para la innovación en la formación docente del Colegio de Doctores y Licenciados.


Cuando compartes un café con ella y hablas de educación compruebas como sus ojos brillan ilusionada con cambiar el mundo y las aulas que lo habitan. Es un gran placer compartir con ella esta ilusión y un honor contar con su apoyo para con esta red de innovación LABinE.


¿La forma o el fondo en educación?


Estamos atravesando momentos difíciles bien conocidos por todos nosotros. Por eso, es importante que nos centremos cada uno en responder lo mejor posible a aquello que le atañe. En este caso, nuestra responsabilidad como profesionales de la educación está en aportar soluciones en el campo educativo.


Ante la incertidumbre organizativa, la adaptación del currículo, las nuevas estrategias tecnológicas y demás interrogantes que deja vislumbrar el gobierno y que “va a gestionar dependiendo de cómo evolucione la pandemia”, se presenta un panorama complicado para las escuelas. Es difícil mantener una visión lo suficientemente clara para que los centros educativos den una respuesta que sirva al alumnado para educarse y aprender bien, sin dejarse llevar de la improvisación o por cuestiones que aparentan muy novedosas pero que, en ocasiones, traicionan los fundamentos de la educación que deseamos.

Sin embargo, es desde la escuela desde donde vendrá la mejor respuesta al problema. La educación es lo nuestro y tenemos las claves de lo que significa enseñar. De ahí esta reflexión.


Según lo dicho hasta el momento, quizás tengamos que dar clase con el cincuenta por ciento del alumnado, utilizar más la tecnología, cambiar parte del currículo, etc. pero nuestro objetivo tiene que estar claro. Como decía Séneca: “Si un barco no sabe a qué puerto se dirige no habrá viento que le sea favorable”. Muchos educadores y expertos nos marcan el puerto al que se debe dirigir la educación del niño o la niña, y muchas escuelas tienen claro este objetivo, aunque a veces se desdibuje con la tormenta. Pero ¿Cuál es ese viento favorable? ¿Cómo hacer para llegar a ese puerto deseado sin dejarnos llevar por los “cantos de sirenas”? ¿Cómo no perder el rumbo?


Las directrices concretas de las autoridades educativas nos van a venir dadas y las cumpliremos como siempre lo hacemos. Por eso, si ahora nos quedamos en la forma, en cómo haremos esto o aquello organizativamente solo, puede que nos perdamos en conjeturas y gastemos nuestras energías en algo poco claro y secundario sobre lo que no tenemos poder de decisión.


La escuela que en este tiempo haya profundizado en lo que realmente pretende, será la que esté preparada para adoptar con éxito todas las medidas que se establezcan para el curso próximo porque verá con mayor claridad la forma de llevarlas a cabo de modo que sirvan a sus objetivos pedagógicos.


Por eso, no caigamos en la trampa. Es verdad que nos sentimos abrumados pensando cómo responder formalmente a los posibles escenarios. Además, la ambigüedad de las autoridades educativas, la burocracia que nos exige la inspección y la vulnerabilidad de la vida social y familiar no contribuyen a la serenidad que necesita la escuela. Pero, como hemos dicho, es el afianzamiento de lo que queremos conseguir lo que nos hará dar con la solución idónea ante las directrices que se marquen.


Por tanto, nos tendríamos que preguntar en este momento ¿Cuáles son las directrices pedagógicas de nuestro proyecto? Y enumerarlas, revisarlas, ver posibilidades varias de llevarlas al aula para ser consecuentes, desenmascarar las formas que nos alejan de ellas, debatir los porqués y resaltar las que más ayuden al momento.


El posible escenario de tener el cincuenta por ciento del alumnado presencial y el cincuenta por ciento trabajando en casa, por ejemplo, se puede hacer de muchas maneras. No deberíamos quedarnos satisfechos porque lo tengamos todo muy bien organizado. Tendremos que preguntarnos ¿Estamos respondiendo a lo más esencial de nuestro proyecto pedagógico?

Fondo y forma son importantes. Pero el fondo es lo que debe dar vida a la forma por muy extraña que esta sea.


Algunas orientaciones para responder pedagógicamente en estos momentos.


Estas directrices responden a un deseo de ayudar en esta situación tan difícil de docencia. Siempre queremos hacerlo bien como docentes, pero, si somos exigentes en nuestro trabajo, muchas veces nos preguntaremos si estaremos teniendo el enfoque correcto en nuestras clases, en nuestro centro, en nuestro departamento, etc. Por eso, las orientaciones que se señalan seguidamente desean ser una ayuda en este sentido. Aunque son sencillas y algunas de sentido común, se han elaborado a partir del estudio de expertos y pedagogos, que reseño al final, y que nos han venido dando las claves para que cada niño y niña pueda avanzar mejor en su aprendizaje. Con su ayuda y el trabajo de todos, seguro que estaremos a la altura de las circunstancias Os deseo todo lo mejor en vuestra tarea.


- Seleccionar los contenidos que puedan asimilarse mejor por todos los alumnos en una situación como esta. Posponer para una situación de normalidad aquellos que la mayoría de los alumnos suelen tener dificultades ya que se corre el riesgo de que los alumnos conciban errores que dificultarán su aprendizaje posterior. Es mejor esperar a impartir esos contenidos y “adelantar” los más sencillos para ellos aunque se modifique algo el currículo. (Fundamentado en “¿Cómo aprendemos?” p.83)


- Realizar actividades de aprendizaje que les produzca “emoción”. No se aprende sin emoción. Esta se logra porque conectan con algo propio y que diga de ellos. También porque las actividades que se realicen sean un reto que quieran alcanzar. Ir mucho a lo vivencial pero, por otro lado, que no sea pensar en cuestiones difíciles de analizar en esta situación. Eso les puede abrumar y además no ser positivo en cuanto al aprendizaje. Ya habrá tiempo para ello.


- Crear algún vínculo entre los alumnos que les haga sentir que están aprendiendo juntos. (No sé las posibilidades informáticas para ello pero es importante este punto en lo que sea posible). En este sentido, se podría proponer una acción común. Por ejemplo, confeccionar un libro o un comic con las aportaciones de cada uno sobre el tema X para compartirlo entre ellos y, si es conveniente, con otros. Puede ser que se reflejen contenidos dados, vivencias, etc.


- Conectar con la realidad. Relacionar la realidad elegida para la última unidad con la vivencia propia y de otros en relación a estos momentos. No presentar temas que son para un estudio e investigación posterior, aunque estuviesen relacionados con esta situación, y que no llevarían a nada bueno para ellos, , sino realidades vivenciales.


- Concienciarse más de aspectos solidarios que ocurren a su alrededor o que puedan hacer ellos. Si se puede, llegar a alguna acción. Conectarlo con las clases.


- Hacer de las clases algo agradable y estimulante. Animar y “ser cómplices” de los alumnos. Emplear el sentido del humor cuando sea oportuno.


- Evaluar de forma positiva. Analizar el trabajo de manera procesual considerando las actividades que se van realizando.


Si se realiza alguna prueba para comprobar la asimilación de alguno de los puntos trabajados que sea basada siempre en las actividades llevadas a cabo, razonando la respuesta y, a ser posible, con procedimientos utilizados en las clases.


Selección bibliográfica para estas orientaciones.


-“¿Cómo aprendemos? Una aproximación científica al aprendizaje y la enseñanza” Héctor Ruiz Martín. Grao/Istf. 2020

- “Aprendizaje visible” John Hattie. Paraninfo. 2017

-“Aprendo porque quiero” Juan José Vergara. SM. 2017

- “Narrar el aprendizaje” Juan José Vergara. SM 2018

- “Escuelas creativas” Ken Robinson. Grijalbo. 2015

- “Educación y cambio ecosocial”. Rafael Díaz-Salazar. PPC-SM. 2016

- “Aprendizaje emocionante. Neurociencia para el aula”. SM. Begoña Ibarrola. 2013

- “Neuroeducación” Francisco Mora. Alianza. 2013

- “Neurociencia educativa. Mente, cerebro y educación”. David Sousa. Narcea 2014

- “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”. Edgar Morin UNESCO 1999.

- “Educar en la era planetaria” Edgard Morin. Gedisa. 2003


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